Ayer, después de acabar las bases de los escudos de caballeros que estamos preparando en clase para cada elefante y que con los que nos meteremos de lleno esta semana, comenzamos a recoger los restos de cartones que nos sobraban cuando de entre los tozos, nos encontramos dos formas superpuestas que la coincidencia puso ahí para que nosotros viéramos la silueta de un perro.
Así que cuatro pinturas y los restos de la brillantina que habíamos estado usando en otra actividad hicieron el resto... y ya tenemos perro guardián en el castillo. O perra, mejor dicho...
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